Batán Grande.una tarde de lluvia en 1983

Batán Grande.una tarde de lluvia en 1983
Tomé la foto desde mi añorada casa con mi cámara Voitglander.

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PLAGIO DE LOS ALVA SE DIFUNDE EN EL MUNDO

Es reconfortante saber que, gracias a mis blogs y a Google, mi denuncia por ser víctima de un execrable robo de mi propiedad iontelectual por parte del Arql Walter Alva y familia, se difunda cada día más.Este hecho nos alienta a continuar trabajando por en favor de nuestro Patrimonio Cultural Andino.

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jueves, 24 de julio de 2008



Desaparecida entrada a Pomach, cruzando el rìo La Leche, rumbo a Huaca "El Loro" (foto: J.M.A-1990)
LOS BARBARAN: DE LA HUESTE PERULERA A ESTANCIEROS DE CICAN
Por : José Maeda Ascencio

Los Barbarán son protagonistas de gran parte de la historia de la conquista de Perú y de su historia latifundista; el primero de la familia en Perú fue el Capitán don Juan de Barbarán y San Pedro que llega compañando a Francisco Pizarro Gonzáles en 1532; sobre él, Domingo Angulo (1926: “Cartulario de los conquistadores del Perú: el capitán Juan de Barbarán”; revista del Arch. Nac. del Perú IV, nº2: 187-206; BNP/A 157, 132)) hace un esbozo histórico ; José A. Del Busto(1982) también lo ha hecho en su “La Hueste Perulera” comentada por Teodoro Hampe Martínez; Enrique Brüning (1922. “Jayanca”) hace una reseña sobre el personaje y S.Ramírez (1991:32) asegura que Barbarán tuvo en España una posición socio económica mas segura que la de otros conquistadores y que “una tarde de combate en Cajamarca significó para el caballero Juan de Barbarán 362 marcos de plata y 8980 pesos de oro=15,000 pesos de 8 reales”;la fortuna amasada por Barbarán y otros compañeros suyos toma su nacimiento en esta gesta.En 1536 recibe la encomienda de Lambayeque convirtiéndose en uno de los treintiun encomenderos del Perú; la encomienda la tuvo hasta 1545; casó con doña María Lezcano y Mendoza, hija del Capitán Francisco Pérez de Lezcano y doña Luisa de Mendoza, nieta del Cap. Don Miguel Pérez Lezcano, encomendero de Chérrepe y hermana de Juan de Villafranca Lezcano;tuvo el Cap.Barbarán dos hijos. Pedro y Francisco de Barbarán Lezcano y Mendoza; el mayor, Pedro, nació por 1538 y murió por el año 1574; fue encomendero de Jayanca y Lambayeque entre 1561 y 1570, casó con una dama de apellido Carvajal y tuvieron tres hijos: Luis de Barbarán Lezcano y Carvajal: Presbítero nacido en el pueblo de Lambayeque; Cap. Juan de Barbarán Lezcano Carvajal: nació por el año 1540, encomendero de Lambayeque entre el 1600 a 1612; también hay referencias de que lo fue entre 1581 a 1605, y María de Barbarán Lezcano Carvajal que casó con don Sancho Marañón; los esposos fueron encomenderos de Lambayeque entre 1614 a 162, aproximadamente. El Cap. Francisco de Barbarán Lezcano y Mendoza nació por el año 1541 y murió por el año 1611-12; encomendero de Jayanca desde 1578 hasta 1696 por derecho de matrimonio; lo fue también de Lambayeque, Alcalde Ordinario y residente en Trujillo por 1591; no dejó hijos, por lo menos legítimos, pues, la estancia Cicán o Sicán que él ocupó desde 1595 y compró por “250 pesos de a nueve reales” comprendiendo los sitios de Fulep, Chuca y Jotoro, la heredó su sobrino Juan de Barbarán Lezcano Carvajal, quien la vendió el 1 de Octubre de 1612 al Cap. Don Alonso de Villavicencio, ante el escribano Andrés de Obregón; por el año 1596 aparece casado con doña Isabel Palomino, encomendera de Jayanca por derecho de ser viuda del Cap. Francisco de Lobo y luego de don Alonso Carrasco, encomendero desde 1560; calculamos que Barbarán se casó con doña Isabel cuando ésta contaba más de sesenta años de edad, haciéndose favorecida por la concesión d la encomienda jayancana por dos vidas, derecho otorgado por don Francisco Pizarro en 1536; como veremos después, don Francisco de Barbarán o Berbarán, terminó sus últimos días sin posesiones y sumido en la pobreza; infausto final tuvo también su padre que fue muerto por esclavos fugitivos( J.Lockhart:1972-1986:74), ésta historia se repetirá con todos los que fueron propietarios de la gran hacienda que fuera el cementerio prehispánico mas prestigioso del mundo andino entre el año 800 hasta el 1,200 d.C.

PERFIL HISTORICO DE DON JUAN DE BARBARAN Y SAN PEDRO

El historiador James Lochart apunta que el Cap. Juan de Barbarán tenía unos 31 ó 32 años cuando intervino en Cajamarca, era uno de los “hombres de a caballo”, es decir, soldado importante, en donde recibió doble parte de oro y plata; su lugar de origen fue Illescas (entre Madrid y Toledo); sus padres fueron don Pedro de Barbarán y María de San Pedro(los españoles acostumbraban adoptar nombres de santos); sabía leer y escribir bien.”Juan de Barbarán llegó a ser uno de los grandes del Perú. Si bien nunca pretendió un nacimiento noble tan insistentemente como algunos de sus compañeros, así por ejemplo Jerónimo de Aliaga, tenía antecedentes respetables en España.; heredó allí alguna propiedad, al igual que Aliaga y su reconocido escudo familiar fue incorporado dentro de su escudo personal, lo que no sucedió con Aliaga. Fue el primero de los conquistadores del Perú en recibir tal honor, que le negoció su compatriota madrileño Gonzalo Fernández de Oviedo, el cronista. La afinidad de Barbarán por los negocios y las cuentas indica un posible origen mercantil, no disminuido por el hecho de que uno de los parientes de su mujer fuera mercader. Barbarán apareció en Panamá a comienzos de la década de 1520 y poco después se trasladó a Nicaragua. Por entonces se casó con María Lezcano, su paisana madrileña, pariente del arcipreste de la iglesia de Panamá. En 1531, Barbarán vino al Perú desde Nicaragua bajo Sebastián de Benalcázar. Francisco Pizarro lo nombró al Cabildo de Jauja en ocasión de la primera fundación provisional en 1533 y llegó a ser alcalde de la ciudad de Lima, sucesora de Jauja en 1538.El cronista Zárate dice que Barbarán era “criado” o empleado de Pizarro y la afirmación suena veraz. Barbarán administraba sus asuntos y negocios bien y entusiastamente, era tan rico como cualquiera de los de Cajamarca, pero con mayor insistencia en valores líquidos que en casas y tierras. Su actividad prestando dinero era tan amplia que casi lo hacía un banquero o prestamista. Cuando hizo testamento en 1539 , mas de treinta personas habían contraído grandes o pequeñas deudas con él. Ese mismo año, después de haber sido el tenedor de los bienes de los difuntos del año anterior, se le encuentra preparado para arreglárselas con algunos de los herederos; leyendo entre líneas se puede sospechar que Barbarán había estado prestando los “bienes” de los fallecidos, la mayoría o todo el dinero. Su principal función con los Pizarro, también, parece haber sido como guardián de los valores. Recayó en Barbarán, muy de acuerdo con sus otros quehaceres, enterrar a Francisco Pizarro, en momentos de gran peligro, cuando nadie mas se hizo presente. Las narraciones del entierro difieren en todos los detalles salvo en que el protagonista fue Barbarán. Una multitud de supuestos bien intencionados posteriormente reclamaron el crédito, pero sus reclamos reducidos a su esencia, fueron que ayudaron a Barbarán. Por encima de toda disputa está el hecho de que Barbarán fue el primer tutor de los hijos de Pizarro, una vez mas el fiel custodio. Por entonces ya la posición de Barbarán era lo suficientemente fuerte para sobrevivir a la muerte de su patrón. Poco después fue nuevamente alcalde de Lima, y peleó en la consiguiente batalla de Chupas con espíritu de venganza, distinguiéndose, obtuvo la concesión de la encomienda de Lambayeque en el distrito de Trujillo donde su esposa tenía muchos parientes, sin tener que renunciar a su vecindad en la capital, Lima, este era un privilegio por el cual muchos clamaban, pero que ningún otro alcanzó. Barbarán, si bien valiente y formidable, nunca fue el hombre para posiciones de mando de combate. En 1545 se quedó rezagado en Lima mientras los gr4andes capitanes del Perú marchaban hacia el norte a órdenes de Gonzalo Pizarro a enfrentarse al Virrey. Así sucedió que se nombró a Barbarán para que encabezara una partida enviada a desarraigar una comunidad de negros esclavos cimarrones, establecida en un cañaveral próximo a la costa, logró su objetivo, pero no sin una lucha tan encarnizada que costó la vida de varios españoles y el mismo Barbarán recibió una herida en la pierna a consecuencia de la cual murió poco después. Dejó varios herederos y, su esposa, María Lezcano, si bien nunca llegó a ser una “doña”, sí se transformó en una matrona y figura legendaria. Los Lezcano siguieron siendo un poder en Trujillo y Lima por lo menos durante un siglo. En Lambayeque, los Barbarán han dejado lejanos descendientes que conservan el apellido.


NOTAS:

En 1541 Barbarán dijo tener mas de cuarenta años (AGI, Justicia 432, nº2, ramo 3).Un testamento de 1539 y un codicillo de 1542 se encuentran en RANP4 (Arch.Nac.Perú) (1926): 191-205.Allí, Barbarán se declara natural de Illescas; existe una probanza de servicios póstuma en AGI, Patronato 113, ramo 8, ha sido parcialmente publicada en DHA, II, 316-324.Hay una extensa nota bibliográfica sobre Barbarán en Raúl Porras B, “Testamento de Pizarro”, págs 76-77.Hay otras referencias en AGI, Lima 565, vol III, 7 de marzo de 1539, 24 de octubre de 1539; Patronato 93, nº10, ramo 1; nº113, ramo 8; ANP, Castañeda, reg.5, ff.41-42; PA 486; Salinas 1542-1543, ff.48-50(2da serie): 143, 160,662,673; HC 52, 53,174,330,443,444,447,445,496,514; un documento del 22 de noviembre de 1535, entre los manuscritos peruanos de la Biblioteca Lilly, RANP (1920): 449, 450,452,453; Cabero, “El Corregimiento de Saña”, Rev.Histórica I (1906): 486-489; Cobo, Obras, II, 304; Libros de Cabildos de Lima, III, 31.Loredo, “Los Repartos” pp.115, 250,257, Porras, “Cartas”, pp.436-452; Porras, “Cedulario”, II, 102; Torres Salamando, “Libro primero de Cabildos”, II,318; Zárate, “Historia”, II, 497, 506.
Sobre los Lezcano, véase AGI, Contraloría 1680, 1681, 1683, Patronato 97, nº1, ramo 4; ANP, Salinas 1542-1543, f.216; CDIHN, I , 204; Lochart, “Spanish Peru”, pp.158-159, 262, nº10.

domingo, 20 de julio de 2008

RICHARD SCHAEDEL Y LOS MUCHIKS


El jóven Richard Schaedel, ya graduado por los años 40; por aquellos años vino a Perú.


Dr Richard Schaedel, el gran "Apapek", fundador

de la dcotrina muchicologista.






















Richard Schaedel y "Pepe" Maeda (Chilclayo: 1990)

















RICHARD PAUL SCHAEDEL Y LOS MUCHIK

Por : José Maeda Ascencio
Presidente de "Ciencia y Cultura Andina" (Cican)
E-mail: josemaedaas@hotmail.com
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El 9 de diciembre del 2005 falleció el prestigioso antropólogo peruanista Dr Richard Paul Schaedel en St.Ignace, Michigan, en los EE.UU a los 85 años de edad, víctima de una neumonía y otras complicaciones; nacido en Newark, New Jersey el 17 de Agosto de 1920 en el hogar de don Joseph Schaedel y doña Anna Louise Haug Schaedel , de ascendencia alemana; su única ascendiente viva es doña Pula Mueller, hermana de su padre; evidentemente, enamorador empedernido, Richard Schaedel se casó tres veces: su primera esposa fue Mary Carol Antonin con quien tuvo tres hijos: Leoncio , Richard E y Daliah; luego contrajo matrimonio con Carmen Martner con quien tuvo un hijo: Marcos Nicolás Schaedel y en su último compromiso con doña Eva Oracova tuvo una hija: Delia Anna Louise; durante la segunda guerra mundial se alistó en el ejército de los EE.UU sirviendo como radiologista y lingüista; estudió antropología en la Universidad de Wisconsin en donde obtuvo su bachillerato en 1942 y luego se doctoró en la Universidad de Yale junto a su compañero Wendell C.Bennett que trabajó ocho meses en la costa norte de Perú en 1939. Schaedel inició su trabajo profesional en el Departamento de Estado de los EE.UU ; su interés por el mundo andino lo llevó a Venezuela, luego a Haití y Perú, país del cual se enamoró definitivamente; aquí fundó el Instituto de Antropología en la Universidad de Trujillo; desde 1960 es profesor de la Universidad de Texas, desde donde centró sus investigaciones en Perú, país al que dedicó el resto de su vida; Schaedel el "Apapek" o "Ansumito" como él mismo se hacía llamar entre sus amigos, habló y escribió solventemente en inglés, español, francés, alemán y ruso; su interés por difundir sus investigaciones sobre el área andina lo llevó a viajar a Europa varias veces publicando especialmente en alemán; fue condecorado como Profesor Emérito de la Universidad de Texas y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Trujillo en 1987, de la cual fue Profesor Emérito; trabajó intensamente con el objetivo de reivindicar al pueblo nativo muchik, al que estudió y amó, anhelando el establecimiento de su independencia cultural y económica; por ello, planteó la necesidad de formar la gran Confederación Muchik, pueblo étnico que vive en casi toda la costa central y norte de Perú, que viene siendo despojado de sus tierras por poderosos políticos y con decretos que se suman a su destrucción con "inversión de capitales privados"; antropólogo, arqueólogo y filósofo, finalmente se convirtió en el mas agudo y sistemático etnógrafo andino, enfocando y elucidando el orígen, la vida, el desarrollo y la problemática de las culturas peruanas, en especial de los muchik, continuando la labor pionera de don Hans Henrich Bruning Brooksted, ingeniero alemán que llegó a Perú en 1875 en donde vivió medio siglo, de quien Schaedel se convirtió en su principal biógrafo considerándolo como el primer etnógrafo en Perú, comparándolo con Otto von Buchwald, etnólogo autodidacta que residió en Ecuador; el peruanista Richard P.Schaedel fue uno de los principales propulsores en la fundación del Instituto de Estudios de América Latina; mas de 60 doctores discípulos suyos continúan su legado, algunos en Perú; en sus últimos años fundó la organización de Los Consultores Ecuménicos en donde se integran científicos, religiosos y filósofos comprometidos en el entendimiento y cooperación de la cosmovisión étnica en el mundo, con el propósito de proteger las culturas nativas y étnicas ante la amenaza de las culturas dominantes.

EL ANTROPOLOGO ANDINO

Sus primeras investigaciones en Perú datan de fines de los cuarenta; en 1948 recorre el Callejón de Huaylas estudiando las construcciones funerarias de piedra y otros monumentos arqueológicos; el mismo año Schaedel reporta parte de los relieves ornamentales descubiertos en Chan Chan; continúa recorriendo el Perú y documenta en 1951 los famosos murales de Pañamarca con la asistencia del artista peruano Pedro Azabache. Su interés por elucidar la relación entre las construcciones monumentales y centros urbanos con las áreas agrícolas, derivan en su trabajo “Major Ceremonial and Population Center in Northern Perú” expuesto en el 29 Congreso Internacional de Americanistas en Chicago así como un artículo sobre las ciudades-prehispánicas- perdidas en Perú; con el mismo interés recorre e investiga las zonas de Arica y La Serena en Chile, así como Venezuela en 1962; sus estudios de la relación del medio ambiente y el desarrollo de las culturas andinas, que Schaedel denomina “ekística”, data ya de 1966. Resulta ser pionero también- después de Brüning a quien reconoce como el primer etnógrafo en Sudamérica- en la introducción de la etnografía en nuestro país; hace un análisis del aporte etnográfico de la obra del famoso Obispo Baltasar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda, de tantos comentarios en estos últimos años a raíz de la publicación de sus escritos o informes y las acuarelas incluidas en los mismos que datan de fines del siglo XVIII. Richard Schaedel logra desarrollar su tesis de la relación del desarrollo urbano y los centros ceremoniales con las áreas agrícolas; en sus trabajos advertimos que el investigador denota al mismo tiempo de su rigor científico, sus dotes de exquisito escritor, pocas veces visto en colegas suyos, que muchas escriben “fríamente”, sin considerar el arte de la literatura. Schaedel hace gala de ello en su meticuloso trabajo de auscultación biográfica, antropológica, paleotecnológica, lingüística y etnográfica de don Enrique Brüning (1988). Su visión fue amplia respecto a la organización social, la demografía y el desarrollo de los antiguos pueblos andinos y centro americanos, investigando incluso también en Haití; estos estudios sirvieron de base para desarrollar su tesis sobre el orígen del Estado en América y su desarrollo social, concebida en 1970 y expuesta en 1972; con esta perspectiva antropológica y política publica en 1976 su trabajo “Las Ciudades de América Latina y sus áreas de influencia a través de la historia”; estudió también los asentamientos urbanos y su organización socio productiva con una macro visión andina; me afirmó (inf. personal: 1983) que lo que denominamos cultura “Cican”(Maeda: 1982; Shimada:1985) o“Lambayeque”(Larco:1948) fue el primer Estado Prehispánico Andino (post Wari), observando así la tesis de Luis G. Lumbreras sobre el primer Estado andino con los Wari; sus trabajos pioneros en la arqueología lambayecana hacen que se le otorgue credibilidad científica a su información; tomó interés en un artículo que apareció en el diario La Industria de Chiclayo (01/10/1955) firmado por un periodista y aficionado local , don Lorenzo S. Orrego V., en donde describía parte de un mural policromo dejado al descubierto por “huaqueros” en la llamada “Huaca Pintada” de Illimo. Su estudio sobre el mural fue publicado en 1978 (ver bibliografía); hay que resaltar también la honestidad y ética de Schaedel al hacer énfasis en la fuente aún siendo ésta “no científica”, honestidad que no se observa en algunos profesionales que muchas veces obvian citar a los articulistas, investigadores o eruditos locales o a los mismos“huaqueros”, que casi siempre son, precisamente, la fuente inicial de sus estudios y posteriores publicaciones, ya que no es novedad que gran parte de sistemáticos trabajos arqueológicos son antecedidos precisamente por sendos descubrimientos fortuitos; Jorge Sachún Cedeño, antropólogo y discípulo muchik del “Apapek” o “ Maestro” como él bien llama a Schaedel, me dice que la canción preferida del muchicólogo era, paradójicamente, el tondero “El Huaquero”y èl mismo se hacìa llamar “El huaquero viejo"; por otro lado, el comportamiento y las vivencias personales con las comunidades nativas del norte peruano reflejan en Richard Schaedel su grata admiración por Enrique Brüning, a quien dedicó años de estudio llegando a investigar detalladamente su legado documental, arqueológico y fotográfico depositado y conservado en el Museo Etnográfico de Hamburgo. De Brüning creo que el maestro asimila lo grato y útil de compartir vivencialmente horas, días y hasta años para poder, finalmente, captar in situ la vida de los pueblos nativos; ya en 1977 hace una semblanza del investigador autodidacta alemán en coautoria con Leticia Gonzáles; con I .Shimada escribió una descripción de los investigadores y sus trabajos arqueológicos en Perú desde 1946 a 1980 ( Schaedel y Shimada: 1982). Logró una concepción cabal sobre la organización inca y el devenir histórico en la colonia temprana en relación con el manejo de la tierra; sin embargo, Schaedel, nunca ocultó su amor y admiración por el pueblo moche; lo encontré en 1989 en Batán Grande recorriendo la gran “Pampa de Chaparrí” junto a su inseparable compañero y discípulo muchik Dr Víctor Antonio Rodríguez Suy Suy y recuerdo aún su invitación un 6 de Noviembre 1998- once años después- para pasar todo un día y la noche con los pescadores muchik de Chuyllachi, en Piura, con quienes disfrutaba su temporal estadía a orillas del mar; recuerdo que llegó acompañado por el ya fallecido antropólogo muchik Víctor Fiestas Martínez; al día siguiente enrumbó a Penachí..



SCHAEDEL Y LA CONTINUIDAD CULTURAL MUCHIK

El convencimiento de la necesidad de conservar la cultura del pueblo muchik en todos sus aspectos, es puesto de manifiesto por R.Schaedel en su artículo “2,000 años de continuidad cultural de los muchik en la costa norte del Perú” (1987) en el que propone poner en práctica toda una estrategia para que las comunidades muchik se desarrollen económicamente independientes; piensa que el rescate de paleotecnologías abrirían ésta posibilidad; en efecto,
comunidades como Mórrope (Lambayeque), Simbilá , Chulucanas, La Encantada (Piura) obtienen un medio de vida en la alfarería, inclusive conservando técnicas que datan del Horizonte Medio (800-1,200 d.C) como es el caso del decorado mediante el “paleteado” y hasta se ha llegado a exportar a Japón y EE.UU productos manufacturados como ovillos de hilo de algodón nativo (Gossipium barbadense) y se industrializa una especie de pantalones “blue jean” con esta fibra nativa, pero, hay que decirlo, explotando a los artesanos y artesanas muchik a quienes se les paga simplemente como obreros; Schaedel hace referencia tambien de las técnicas de regadío factible para irrigar y ahorrar agua, ya observadas pioneramente por Larco, Víctor A.Rodriguez Suy Suy hasta James Kuss. La independencia socio-económica entonces, evitaría la extinción cultural y étnica de la milenaria cultura muchik, que en realidad hace su aparición desde los albores del desarrollo de las culturas andinas, en el Horizonte Formativo (1,000 a.C- 100 d.C) en donde ya se diferencian con algunos toponimios como Cupisnique, Salinar, Virú o Gallinazo, Ñañañique, Kuntur Wasi inclusive, como diferentes expresiones “culturales” cuando en realidad se trata del desarrollo integral , espacial y temporal, de un mismo pueblo, de una misma raza: la muchik, que ha logrado subsistir a través de tres mil años consecutivos. Schaedel calcula que la época crítica de los muchik fue a mediados del siglo XVIII, cuando de un millón o millón y medio de pobladores, la población muchik bajó a casi veinte mil individuos; éste período al que se refiere fue quizás el comprendido entre los años 1830 a 1845; sabemos que las causas de muerte fueron principalmente las enfermedades endémicas como la peste bubónica, los eventos catastróficos de El Niño Oscilación Sur como los ocurridos en 1720, 1728, 1771, 1828, 1866, 1871; en la quebrada de Sincate en Mochumí Viejo he visto en 1984 un antiguo “cementerio de los bubónicos”; así mismo, diezmaron la población nativa la sobreexplotación en los obrajes, minas, conflictos bélicos, etc; pero aun así, los muchik se han conservado como grupo étnico, con poco mestizaje, por lo menos desde Tumbes hasta el sur de La Libertad. Lamentablemente su idioma o lengua conocida como “muchik”, “yunga” o “chimo” ya está extinguida, aunque todavía la escuchó profusamente don E.Brüning por los años veinte, así como otros investigadores, quienes ya expresaban su preocupación por el poco interés que tenían los jóvenes descendientes muchik por conservar su lengua nativa; el etnógrafo alemán aseguraba que se debía a que “sentían vergüenza” de hablarlo; la convivencia que practicó Brüning con los muchik, como el hecho de ir a vivir a Eten entre 1906 a 1909 para estudiar su lengua, es resaltada por R. Schaedel, quien aplicó la misma práctica y métodos; el filósofo y antropólogo norteamericano denunció en varias oportunidades el hecho que algunos antropólogos y arqueólogos, explotan para su beneficio personal de fama o enriquecimiento, la sabiduría muchik que poseen de relación con la naturaleza y de su vivencia práctica; ésta fue su prédica al final de su vida; Schaedel no se equivocó; algunos arqueólogos llegan , bajo pretexto de estudios científicos, a llevar al extranjero el material rescatado en excavaciones, con lo que pagarían a ciertas universidades y fundaciones que aseguran económicamente cada una de las valiosas piezas de arte; al respecto, en esta corriente hay críticas responsables que están haciendo prestigiosos arqueólogos peruanos como Daniel Morales (edit. Milla Batres, tomo I: 1997) y Ruth Shady-descubridora de Caral-, así como el ex comercializador de arte holandés Michel Van Rijn que incluso mantiene una pàgnina webb con constantes denuncias; vale la pena evaluar los beneficios que generan por ejemplo las exhibiciones itinerantes en el extranjero de ajuares funerarios arqueológicos que generan por año, millones de dólares, sin que en la relación de beneficiarios, figuren precisamente los descendientes étnicos de los personajes momificados que se exhiben o bien, las ofrendas que le acompañaron en sus cámaras funerarias. Schaedel fue claro al sentenciar que el arqueólogo o el antropólogo “debe ser al mismo tiempo el investigador y el abogado de los pueblos que estudia”; escribió: “ …nosotros tenemos en gran parte la culpa de haber explotado al pueblo muchik, sea los de la prehistoria o de los actuales representantes, como fuente de datos de la cual hacemos nuestros estudios y a veces las ganancias de las cuales vivimos, sin haber asumido la obligación que debe ser la ética de cualquier antropólogo, de ser al mismo tiempo, el abogado de este pueblo…el pueblo muchik está vivo y sano; la tarea principal para nosotros que explotamos los datos de este pueblo, sea del pasado o del presente, es de esforzarnos para que esta situación mejore” (1989: 2-5; Discurso en ceremonia de apertura del “Centro de Investigación y Promoción del Pueblo Muchik”; Moche; 7/08/89; 8 pp); Schaedel fue el inspirador para la propuesta de la formación de la Confederación de los Pueblos Muchik que actualmente trabajan los antropólogos muchik Rodríguez Suy Suy, Jorge Sachún y otros seguidores del “Apapek” que pretenden, entre otros objetivos: recuperar parte de las tierras primigenias de su heredad, oportuna y justa distribución del agua para sus cultivos, retomar la administración ancestral de su legado arqueológico, tal como ya se practica en Kuntur Wasi (San Pablo, Cajamarca) con la administración del moderno museo de sitio construido por el gobierno japonés a instancias del Dr Yoshio Onuki y del Antrpl. J. Sachún; así mismo, hacer respetar su dignidad humana. El trabajo continúa un tanto silencioso, pero sistemático, en aras de la recuperación de uno de los pueblos que han maravillado al mundo a través de sus expresiones tecnológicas y artísticas en diferentes períodos de su desarrollo cultural.

INTERPRETACION ETNOGRAFICA DEL ARCHIVO DE ENRIQUE BRÜNING

Con el título de “La etnografía muchik en las fotografías de H.Brüning: 1866-1925”, Edic.COFIDE de Perú dió a luz en 1989 la magnífica obra de R.Schaedel, producto de un sistemático trabajo de revisión, investigación e interpretación de la obra de don Enrique Brüning a través del Acervo documental que el etnógrafo autodidacta alemán vendió a los museos etnográficos de Hamburgo y de Dahlem-Berlín, respectivamente. Básicamente trata del análisis de un total de 2,123 fotografías que sumadas así, se reportan por partes al final de la obra; hace referencias tambien de la revisión de libretas de campo acompañadas de croquis, dibujos y anotaciones. Lamentablemente, Schaedel no desarrolló un proyecto para estudiar la documentación colonial que Brüning dejó en alemania, aunque esta tarea sugiere un trabajo de tipo etnohistórico; solo un somero estudio bibliográfico o de inventario de esta colección ha realizado el historiador Teodoro Hampe Martínez (Hampe: 2000). Brüning cita (1922: Jayanca) documentos referentes a la hacienda Batán Grande o Sicán, cuyos originales hemos estudiado y adelantado en un artículo publicado en Revista “Umbral” 9-10 (Maeda: 2006) de la Universidad Nacional “Pedro Ruiz Gallo”de Lambayeque, Perú (tambien en : http://www.investigacion.com/) . Los datos referentes a la transacción y venta de la colección Brüning, tanto con el gobierno de don Augusto B. Leguía Salcedo y Taforo, como con los museos alemanes se pueden analizar en la revista “Arqueológicas”nº 10 ( Julio C. Tello y Toribio Mejía Xesspe: 1967: 242-249). Podríamos decir que Schaedel, a partir del material estudiado, pone de manifiesto su gran capacidad de análisis tanto antropológico como etnográfico, en los diversos capítulos que comprende la obra; es enfático al hacer hincapié el menosprecio hacia el “campesino” (o al natural, al moche, al aymara, al quechua) que capta en los escritos de pioneros de la antropología como Bandelier, Tshudi, Markham, Wiener, Middendorf, Bastian, Squier y Uhle ( Schaedel 1989: p.9); incluso, en su observación sobre lo europeizante de la concepción de algunos investigadores llega a decir que :.. “en el caso de Brüning estamos frente a un fenómeno único en su época pues, a pesar de reflejar algo de la actitud de subestimación, si no de desprecio (hacia el muchik)…se mostró con objetividad…con “relativismo cultural”), afirmando que Brüning llegó a entender la valía de su propia herencia cultural campesina calificándolo como “ no solo el primer etnohistoriador del Perú, sino de toda América Latina” (p.12).

La Ekística Muchik

Factor importante en el desarrollo del pueblo muchik fue su experiencia “ekística” o su percepción del medio ambiente; Schaedel interpreta muy bien la convivencia del muchik con el fenómeno de El Niño, que recaracteriza periódicamente- entre 30 a 75 años- por las catastróficas lluvias que se dan entre enero y junio. Al respecto destaca el respeto por los cerros (“pong”) o Apus-en quechua- que incluso llegan a “enfrentarse” en algunas leyendas locales; hace referencia de la historia de cerro “La Vieja”de Motupe y sus “encantos”; en efecto, la presencia del fuego y del agua y de la “fuerza de encantamiento” de las montañas se hacen patéticos en la leyenda del famoso cerro “Chaparrí” y su enemigo “El Mulato”, en las áreas de Batán Grande y Chongoyape que hemos documentado (http://www.revistainvestigacion.com/); siguiendo los apuntes de Brüning confirma el reverdecimiento de los cerros de la costa norte entre junio y agosto, como resultado de la fuerte neblina en este período; los cerros batangrandinos presentaron este panorama en 1983, en donde apareció abundante “tomatillo”,”caihuilla” y “yuca de monte”, es decir, las verduras en su estado primitivo, de escasos centímetros de longitud. En su trabajo destaca la observación de Brüning sobre el desarrollo de una “etnociencia metereológica” para predecir la venida de lluvias, poniendo como ejemplo en que los muchik habían demostrado que cuando el “cuerno” izquierdo de la luna (del sur) se levantaba sobre el cuerno derecho, era indicio de que habría más agua en la sierra (pág.31); ésta práctica para cultivar se conserva todavía en Mórrope y otros pueblos muchik lambayecanos; adapta Schaedel las observaciones ecológicas de Brüning a las denominaciones ecológicas modernas de zonificación de Koepcke y Sabogal, destacando la utilización de las especies algarrobo (“ong”), faique(“faik”), pai pai (“pud”, para teñir cordobanes), “choloque”(jabón natural), caña brava (“kumo”)- que hemos encontrado en documento del año 1596 como “caña berabes”(Maeda .2006; Rev.”Umbral”)- carrizo (“kopi”), el lito (“chekne”, para sacar lejía para el jabón), etc. Cuando Schaedel destaca las observaciones que Brüning hizo sobre la relación del muchik con el mar, conjetura sobre la supuesta riqueza biológica del mar nor peruano, debido a su vaticinabilidad por El Niño-Oscilación Sur- (pág.43); no cree que las rústicas balsas muchik hayan navegado mas allá de las islas guaneras, navegaron sin alejarse de la costa, infiriendo de posición equivocada teorías como la de Thor Heyerdahl, que aseguró que balsas de totora pudieron llegar a la Oceanía; el mismo Brüning documentó que las balsillas navegaban solo hasta Islas de Lobos (pág.49); hay que decirlo, si Heyerdahl navegó tantos kilómetros mar adentro, fue con el apoyo de tecnología de radio y otros complementos modernos; los moches no tuvieron, en este sentido, grandes embarcaciones al nivel tecnológico de los vikingos, por ejemplo, y otros pueblos del viejo mundo. Schaedel asume que por razones aún no muy claras, los pescadores tuvieron menos sentido de sedentarismo que los agricultores y está de aucerdo con Brüning en que los muchik de Eten trazan su orígen en una migración del norte, de Sechura posiblemente y utiliza su acepción conservadora de “comunidad Muchik-Tallán”, aunque aclara que los cronistas españoles diferenciaban bien a ambos pueblos, hasta en su lengua (pág. 44) y aún por la heredad del curacazgo o mejor diríamos del “filcado”, por línea materna practicado por los tallanes; destaca la observación del etnógrafo alemán sobre la utilización de la balsa desde San José hasta Sechura en lugar del caballito utilizado desde Santa Rosa y Pimentel hasta Huanchaco en Trujillo; en Pimentel se utiliza hoy en día una gran balsa para alojar a varios caballitos en alta mar cuando terminan su faena a eso de las 3:00 de la tarde; cita la afirmación de Buchwald sobre la relación desde la prehistoria de los muchik con la costa ecuatoriana y no solo eso, sino que la macro etnia Muchik- Tallán llegó a afincarse en Ecuador, coincidiendo con Jijón y Camaaño. Analizando el recorrido de Brüning por Huancabamba, afirma que los sacerdotes muchik ya visitaban los lagos sacros (Sharon) con fines de peregrinaje y aprendizaje y, que los muchik ocuparon inclusive, zonas serranas hasta Balsas; al respecto A.Bandelier (1940) ya documenta la existencia de la lengua muchik hablada por naturales de Balsas en la cuenca del Marañón, lo que demuestra un efectivo movimiento migratorio a través de diferentes pisos ecológicos en los andes centrales.

LAS PALEOTECNOLOGIAS

Schaedel enfoca y divide sistemáticamente el trabajo de Brüning respecto a las tecnologías nativas abarcando temas de riego, tejidos , cestería y construcción de viviendas; obviamente, la construcción monumental y conocimientos de ingeniería ya no se daban en la época de Brüning; por tal motivo, en la sistemática reconstrucción que hace Schaedel del trabajo de Brüning, el tema se centra en el estudio de la construcción rural, que aún hoy podemos observar casi intactos, sobre todo en o que respecta a la utilización de la caña (Gynerium Sagitatum), carrizo, algarrobo, paja o “enea” (Enea Ytyphaceae) y barro, materiales que, precisamente, hacen difícil ,arqueológicamente, determinar o documentar la ubicación de asentamientos humanos; Schaedel ha logrado comprobar la utilización de los recursos naturales en forma racional y sistemática en los descendientes muchik, tomando interés en la tecnología de hacer “petates” y “esteras”(de junco) y en los tradicionales “caballitos de totora” fabricados con Scirpus y enea, amarrados con sogas ( “huangana” o “huacas”), enfatizando que las balsas de San José y Sechura, eran importadas de Ecuador. Es interesante tambien la observación que Schaedel hace sobre la llamada “lana de piscoya”, utilizada para hacer colchones que Brüning identifica como Cereus sp.; en la zona de Mochumí Viejo, quebrada de Sincate, en la serranía de Ferreñafe, crece en forma silvestre este cactus que, efectivamente, al reventar, expulsa un copo de algodón- blanco- que los lugareños conocen como “lana de piscoya”; el cactus tiene forma de pene, lo que sustenta la información personal del investigador Dr Julio C.Sevilla quien ha encontrado que Piscoya, antiguo apellido muchik- posiblemente sechurano-, significa “pene”; paleotecnologías como la del tejido con algodón nativo, apuntado y fotografiado por el etnógrafo de Hoffield y R. Schaedel, ha sido ampliamente documentada después en los ochenta por James Vreeland Jr, discípulo de nuestro biografiado, aunque los artesanos aseguran de que fueron utilizados con fines mas allá del interés científico; la posibilidad de que el algodón nativo sea cultivado masivamente es difícil, dado su elevado costo para evitar la plaga del gusano rosado de la india.
En el aspecto de alimentación el biógrafo resalta el hecho de que la chicha fue fabricada por hombres, hecho documentado por María Rostworoski, como pudo haber sido también el arte de tejer en telar y la pesca; la chicha, bebida ritual y sagrada ha sido estudiada por la antropóloga Lupe Camino; actualmente, en Pimentel se puede observar la tradición de la venta del pescado hecha por mujeres, casi nunca por los pescadores, tradición que parece ser milenaria ya apuntada por Brüning; en La Legua- pintoresco villorrio de chicheros muchik, y Vicús (Piura) observamos que la chicha, en grandes tabernas o cocinerías, era elaborada por la madre e hijas, mientras que el varón, padre de familia, se mecía en una hamaca o se limitaba a observar la venta y el consumo; la natural timidez del muchik se rompe cuando beben chicha, hecho que fue utilizado por Brüning para sacar información valiosa como es su documentación sobre el idioma muchik que empezó poco antes de 1897 cuando emprendió viaje a Alemania. El estudioso alemán Ernest W. Middendorf, había realizado en tiempo récord de mes y medio, un exhaustivo trabajo respecto al muchik que publicó en 1983-85; la investigación de Brüning sigue aún inédita y según sabemos, R.Schaedel ha dejado un trabajo avanzado respecto a la lengua que inicialmente estudiara el cura don Fernando de la Carrera y Daza (1644) – a quien Schaedel se refiere como “religioso fanático” y racista- y tambien don Modesto Rubiños y Andrade (1782), en los que se basó el Ing tucumano don Federico Villarreal (1921) y el sistemático trabajo del historiador chiclayano don Jorge Zevallos Quiñónez que ha hecho publicaciones al respecto entre 1944 a 1948. Schaedel destaca el estudio de la etnopsiquiatría dentro de la medicina tradicional que ha hecho el escritor Carlos Camino Calderón; se refiere seguramente a su obra “El Daño”(1942) que basa su argumento en la historia de personajes de la hacienda Batán Grande, en especial de don Juan José Aurich Pastor que la novela lo convierte en José Navarrete. Schaedel enfatiza en su estudio la riqueza de datos etnográficos dejados por Brüning sobre las fiestas religiosas en una “avalancha” de fechas. En todo el estudio en referencia, notamos la ausencia del interés de Brüning por documentar la tradición del cantar de Tristes y Cumananas, que en realidad tiene orígen prehispánico tantas veces mencionados como “endechos” por los cronistas como Cieza, Jospeh Pablo de Arriaga y otros; estos cantares, ahora interpretados por hombres, casi siempre ebrios, tambien fueron exclusividad de las mujeres en los ritos mortuorios en donde se liaban en verdaderos “duelos” de lloronas; por eso quizás, a los funerales hoy en día, se les llaman “duelos”.En verdad, la ciencia antropológica , histórica y política tiene el reto de ampliar sus estudios sobre el legado de Brüning y el mas grande de los muchicólogos, el Apapek Richard Schaedel, quien confirmó que la correcta y justiciera manera de administrar el patrimonio cultural, debe ser la de la administración de los propios herederos de su prosapia étnica y cultural. Jorge Sachún, su fiel seguidor anota que cuando Schaedel visitó Kuntur Wasi en 1995 junto a Víctor A. Rodríguez Suy, se expresó así: “…Onuki, he venido hasta aquí para felicitarte, porque junto a Jorge Sachún has iniciado un gran ejemplo en Perú, de cómo debe manejarse un Museo Arqueológico; es decir, por la propia comunidad o el pueblo mismo organizado, único depositario y heredero a quien se debe ser devuelto todo lo que la arqueología halle, descubra e investigue y como científicos-sociales estamos obligados a contribuir en la recuperación junto a ellos, a devolverles su dignidad”; la práctica de Yoshio Onuki y Sachún tiene su lado totalmente opuesto a los ejemplos dejados por Izumi Shimada en Batán Grande y Walter Alva en Sipán, quienes contribuyeron para que los museos en donde se exhibiría la herencia cultural de estos pueblos, paradójicamente, sean construidos en áreas ajenas a las que realizaron excavaciones y a los pueblos que utilizaron para satisfacer sus propósitos personales y nada científicos. Finalmente creo, que los pueblos étnicos aún pueden retomar con justicia, lo que el maestro Schaedel sostuviera en su largo trajinar: que ellos tienen el derecho y el deber de administrar su propia herencia cultural, y vale la pena alentarlos diciendo: “¡Moeich Muchik, Chipán Siameiñ! = “¡Somos Muchik, Aún Vivimos!”.


Chiclayo, Perú, 3 de Setiembre del 2006.

viernes, 18 de julio de 2008

ALFONSO TELLO MARCHENA Y SUS CARTAS POEMAS

Por: José Maeda Ascencio josemaedaas@hotmail.com

En el archivo de mi padre don José Maeda Montenegro he enontrado las cartas del poeta, pintor y folklorista don Alfonso Tello (“Fuko”); recuerdo sus inusitadas visitas a Batán Grande, largas tertulias entre café y pisco “Biondi” y la compañía del piurano don Hugo Medina, que disfrutaba de la visita en su huerta de “La Construcción”; ensayaban en teatro abierto sus poemas y discursos plagados de amor al arte; “…muy pronto tus hijos ya podrán acompañarnos José”, comentó alguna vez don Alfonso; recuerdo que don “Fuko” llegó un día en que celebraba su onomástico; estuvo dos o tres días en la solariega casa batangrandina; años mas tarde, en Chiclayo, me autografió su “Marineras- Poemas”: “Con especial distinción a mi buen amigo José, proyección de una amistad noble y de gratísimos recuerdos; 24/03/83).

SUS CARTAS

Lo que pretendo resaltar es la profunda capacidad de sentimentalismo amical que Tello impregna en sus cartas, que reflejan su inquebrantable esencia de poeta y declarado político; en una de ellas le dice a mi padre (Ch: 27/07/71): “Mi querido hermano y camarada…ésta super veloz misiva tiene el grato placer de hacerte llegar mis breves frases que estas Fiestas Patrias las compartas con empanadas de viento, mucho pan, rosquitas y pavo en la cerna patriótica y en el recuerdo siempre perenne del inmortal Túpac Amaru que desde la inmensidad de lo eterno, volvió como rosa roja, violenta y altiva a ser símbolo de una revolución que se ensaya en nuestra Patria…ojala sea cierta!”; compartían también el ideal de una patria justa; don Alfonso sabía que mi padre había sido terco luchador sindical por los sesenta junto a “Lalo” Cevallos, Romualdo Biaggi , Lucho Falla y otros dirigentes batangrandinos; tenían el alma blanca, muy lejos de las ambiciones de muchos “dirigentes” que veo hoy en día; el poeta escribió:”…luego te remito por el gentil correo del amigo Vilela (“Puche”), bohemio y peluquero, esos diarios que te anuncié enviar y que se ha pasado el tiempo sin hacerlo; también te incluyo las fotos de los parientes del tenor Granda, que tan grandes dolores de cabeza te han dado…tu amigo de todo clima: Jesüs Alfonso.”; Alejandro Granda Relaiza, el mas grande tenor peruano tuvo madre batangrandina, hecho que mi padre siempre resaltó con orgullo. En carta fechada el 08/07/85 Alfonso Tello Marchena escribe a mi padre: “…mi recordado amigo y hermano: hace rato he querido dialogar contigo y compartir los avatares de una existencia con careta de alegría y, presto en la realidad, tan llena de amarguras y aflicciones, las mismas que jamás deben mellar la fuerza dimanada de los espíritus nobles y generosos como siempre lo fuiste desde que nos conocimos…hace ya muchas lunas!...concurro a pocos eventos culturales dado mi tiempo que recién lo estoy estimando en oro, luego de haberlo otorgado a raudales, por empeño vehemente a nuestra Santa Tierra y por ese “amor al arte” del cual estamos compenetrados y no podemos sacudirnos más, hasta que nos toque la inquietud de olvidarnos de esta vida y su malestar y nos corresponda la quietud definitiva, pero contentos de haber cumplido a nuestra manera en este valle de lágrimas y…que los hombres,¡hombres! Lo disimulamos con la heroica sonrisa; eres mi amigo y camarada de tiempo, con conciencia limpia y sana, correcta, indomable y sencilla como te conocí ayer, y estimo sigas hoy, junto al orgullo de tus hijos, que son tu línea y tu inteligente proyección…te abraza con el alma: Jesús Alfonso; el poeta y amigo ejemplar falleció al poco tiempo…La Industria publicaba el titular:” Periodista Alfonso Tello Marchena falleció anoche”; mi padre derramó lágrimas en silencio…hoy disfrutan del descanso eterno dejando bello ejemplo de lo que debe ser la amistad.

MONTONERAS EN LA HACIENDA BATAN GRANDE: 1894

Antigua fotografía de la Casa Hacienda de Batán Grande por el año 1900
Casa Hacienda de Batán Grande; esta parte fué construida
por don Juan Aurich Pastor y en ella residió doña Juana Bo-
nilla Villalobos, su esposa; la primera data de 1830 aprox.

Casa Hacienda de Batàn Grande, majestuosa siempre; sueño
con que algún día se restaure y se haga aquí el real Museo Ar-
queológico e Histórico de Cicán (foto: pepe maeda 1982)



Estoy al lado de lo que quedò del primer Cadillac que trajera don Juan Aurich Pastor por el año 1920; tenía aros de madera y jebe y conservaba aún algo de su color azul; un astuto administrador de apellido Santa Cruz lo vendió com o "chatarra".



Batán Grande, foto que tomé desde mi casa durante las lluvias de 1983








LA MONTONERA DE DON TEODORO SEMINARIO

Por: José Maeda Ascencio

En las montoneras, hicieron causa gente de todo color y condición social, que se levantaron contra los gobiernos de turno; eran entonces, asonadas de índole regional, como la que lideró Eleodoro Benel en Chota, Casimiro Chumán Velásquez en Ferreñafe (1,910),etc, todas ellas documentadas por diferentes investigadores; nuestro personaje fue hombre noble de la élite piurana, que se sublevó en el norte y fue reclutando voluntarios hasta llegar al paraje de Chóchope, unos ocho kilómetros al Este de Motupe, distrito norteño de la provincia de Lambayeque; a lomo de caballos llegaron a la hacienda Batán Grande a mediados del año 1894; se levantaron contra Andrés Avelino Cáceres en apoyo a don Nicolás de Piérola apodado “El Califa”; los dueños de la hacienda eran entonces los Montero, propietarios tambien de La Viña de Sancarranco; Batán Grande tenía como arrendatario a don José Aurich Cornella (asociado después con don Rafael Salcedo Nieto en 1898), padre de Juan José Aurich Pastor; en el año 1864 se había celebrado un contrato de exportación de tabaco a Chile, por el que Batán Grande se comprometía ante el gobierno chileno a enviar un millón de “huaños” de tabaco de una libra de peso cada uno; la hacienda entonces, tuvo que importar contratas de obreros serranos especialmente, de Motupe y culíes chinos; uno de mis entrevistados, don Ignacio Saavedra Mocarro, hijo de negros importados de Africa, fallecido con mas de cien años de edad, recordaba que cuando los montoneros ingresaron a la hacienda, quemaron el “galpón” de los chinos, que habían sido traídos en masa hasta 1875; fueron tambien, víctimas del “carimba” como los negros, es decir, marcados con hierro candente; el mismo galpón había sido quemado por los jayancanos y motupanos en 1867 durante el levantamiento en apoyo a don José Balta Montero contra el régimen del presidente Manuel Prado y Ugarteche, prendiendo fuego tambien a los algodonales y a muchos árboles, entre los que se contaron los viejos mameyes, tan antiguosa como los mangos traídos de India por don José Andrés Delgado (Carlos Bachmann.1922) Gardeazábal y Tovar a principios del siglo XIX; actualmente aún se pueden observar las marcas de aquel incendio en los vetustos mameyes cuyos frutos, como los de los mangos padres, los disfruté aún por los años setenta; en este contexto, llegó don Teodoro Seminario y Váscones; venía de Huancabamba, su tierra natal, junto a sus hermanos Fernando y Augusto; éste último fue elegido Vicepresidente de la República después del triunfo pierolista el 8 de Setiembre de 1895; sentados en la piedra fuera de su casa, don Ignacio recordaba haber tenido unos 13 ó 15 años años cuando llegaron los Seminario; la caballada alcanzaba unos tres mil jinetes que acantonaron nen la hacienda y luego se dirigieron a Trujillo; habían incursionado también en Ayabaca con cerca de 800 hombres en las invernas de Anchalay, hacienda del Distrito de Sicches en Piura; ahí le hicieron frente a las huestes del coronel Eduardo Merino “quien lució su bravura luchando contra los montoneros” (José Ignacio Paucar Pozo: “Ensayo monográfico de Ayabaca”;1980); Seminario debió haber entrado entonces por los linderos de La Viña, rumbo a Pativilca, anexo batangrandino.

UN DATO DE “LA INDUSTRIA” DE CHICLAYO EN 1955

El ejemplar original del diario nos lo facilitó el extinto periodista don José Arana Cuadra, quien publicara un artículo el 1 de Enero de 1955 con el título “Una voz típica del viejo Chiclayo”; el periodista anota un hecho anecdótico narrado ppor el general de montoneros don Artidoro Ugaz Barrenechea apodado “El cabezón”, que había participado en la montonera de 1894 junto a don Vicente Rázuri conocido como “Lata”; el coronel de montoneros, Juan Orozco había tomado la plaza de Motupe y avanzaba hacia el sur para tomar Chiclayo y Lambayeque, cuya caída era inminente; las mujeres y los niños fueron evacuados a Guadalupe, Chepén y Pacasmayo, pueblos que en 1864 dejaron de pertenecer a la provincia de Chiclayo (creada el 18 de abril de 1835 por el Gral Santiago Salaverry en agradecimiento a Chiclayo y a José Leonardo Ortiz) y pasaron a Pacasmayo de reciente creación por el presidente Pezet; el prefecto de Chiclayo, don Hildebrando Fuentes, conocido como “Panfué”, salió al encuentro del coronel Orozco, como lo harían también Manuel Elías y el coronel Mavila (documentado en “La Abeja” y citado por Nixa en La Industria del 02/10/83); la batalla se produjo cerca de Motupe en el sitio de Palalá, al este de Chóchope, el 17 de Febrero de 1895.El ejército del prefecto Fuentes era conocido como el de “los angelitos” cuyo primer comandante era don Juan Muro y el segundo jefe el mayor Manuel Salazar Pinillos de 40 años de edad- seguramente ferreñafanos- figurando tambien el sargento José Smamé conocido como “Malanoche”, tambien de la tierra de Chumán; por este interesante dato de don José Arana podemos decir que en el año 1894, hubieron dos ejércitos de montoneros: el de los Seminario y Váscones y el del general Ugaz Barrenechea.

LA MONTONERA DE 1910

Batán Grande sufre una segunda incursión de montoneros en 1910, que fue liderada por el cura ferreñafano don Manuel Casimiro Chumán Velásquez, cuya tumba se ubica en el lado derecho del ingreso al cementerio ferreñafano; aunque la gesta ha sido documentada por varios autores, algunos pasajes han quedado fuera del tintero; era presidente don Augusto Bernardino Leguía Salcedoy Taforo, nacido –según don Augusto Muro Sime- en la caleta de San José, aunque sospecho que nació en la hacienda Mayascón, pues su madre, hermana de don Bernardino Salcedo., vivía en la hermosa casa hacienda de la tierra del famoso chocolate; se habíuan levantado guerrilleros en Mollendo y en Huancabamba; entre tanto, en Chiclayo, había descontento con el prefecto Víctor R. Benavides quien “era abusivo y tirano”(“La Abeja”, citado por Nixa, ob.cit.); Chumán salió de Ferreñafe avanzando sobre Salitral en Piura y botros montoneros sorprendían la caballada de Mayascón(recordando un hecho similar protagonizado por el chotano José Mercedes Becerra cuando asaltó la caballada de los chilenos para entrar en el hermoso Callejón de Cárcamo en donde batió a los sureños) que ya estaba en posesión de don José Aurich Pastor; por deuda, había despojado a los Salcedo Pastor, sus primos hermanos, de la hermosa hacienda; ahí se refugió el comandante Baca “construyendo fortalezas”; los montoneros eran don Orestes Ferro, jefe del Norte, Juan de Dios Lora y Cordero como jefe en Chiclayo y Casimiro Chumán como jefe en Ferreñafe; además de Pedro Matute, Miguel Plaza(guadalupano), los hermanos Castillo Muro y Carlos Condemarín Maradiegue; se dice que al pasar la montonera por Batán Grande, tomaron como rehén a don Juan Aurich Pastor haciéndole pagar un cupo de diez mil libras (una Libra= 10 soles); por entonces don Juan Aurich era arrendatario de doña Daría Balta Vda de Montero, hasta que compra la hacienda en 1912 en transacción hecha en París; tambien pagaron cupo don Genaro Barragán Rodríguez, dueño de Luya y La Rosada y don Mariano Salazar; los montoneros tomaron como cocineros a Francisco Valeriano Avalos, padre político de don Manfredo Ruiz Vallejos (“Pacheco”) a quien entrevisté cuando éste contaba con 81 años de edad por el año 1982; Solís sentarse por las tardes al otro lado de mi casa en Batán Grande; me dice que en la cocina ayudaron José María Mori y Pedro Laynez, quienes instalaron las pailas debajo de un algarrobo; los montoneros se contaban por cientos a caballo; tomaron al patrón Aurich, lo subieron a un caballo y se lo llevaron rumbo a Motupe; fieles al hacendado lo acompañaron el pagador Carmona y Juan “serrano” Saavedra, mayordomo de la casa hacienda; “a uno de ellos lo ataron en la cola del caballo de don Juan y así llegó a Motupe”; lo llevaron directo a Chóchope en donde lo presionaron para que pague el cupo y los líderes se hospedaron en casa de don Carlos Castro (Miguel Serna Aguinaga: La Industria 18/11/85); aquí se divide la montonera y un grupo se dirigió a Jayanca en donde el montonero Orestes Ferro mató a un tal Alvarado; don Manfredo Ruiz recordaba que después que los montoneros dejaron la hacienda, llegó un piquete de soldados de Leguía siguiendo a los rebeldes; me dijo qu el jefe lo llamó siendo él aún un niño, y le pidió que le comprara cigarros gruesos (de tabaco puro) en el “tambo” del pueblo; “me dio de propina un quinto de oro que equivalía a dos soles cincuenta” recordaba mi lúcido informante, por último, fue un hombre influyente el que sacó el salvoconducto para que huyeran los rebeldes…se llamó Marcial Pastor, acaso pariente de don Juan Aurich por línea materna; es curioso, don Juan tuvo un caballo campeón de carrera en el hipódromo Santa Beatriz…se llamó “Marcialito”.

OTROS DATOS

Durante la balacera de los montoneros de Chumán contra los soldados en pleno parque principal de Ferreñafe, una señora se cayó y dio a luz a una niña : doña Alicia Salazar, esposa que fuera de don Juan Aurich Bonilla, hijo de don Juan Aurich Pastor; los ferreñafanos la conocieron cariñosamente como “La Montonera”

jueves, 17 de julio de 2008

Mi hermano Kike Maeda A, ante una hermosa vega del río La Leche, al norte de Pomach(foto.j.m.a).

Hermoso cerco de algarrobo en el Callejón de la Merced, en Pomach, testimonio de la vivencia de la paleotecnología muchik.

"Pepe Maeda"con Izumi Shimada y el Ing Augusto Cardich, recordado descubridor de los restos fósiles del "Hombre de Lauricocha"a comienzos de los 80.(foto: Melody Shimada).
PIEZAS ARQUELOGICAS EXTRAIDAS POR HUAQUEO EN BATANGRANDE

Por. Jose Maeda Ascencio.

-Julio C. Tello (El Comercio 29/01/1937) informa que en 1845 en el antiguo Museo Nacional de Lima había un notable ídolo de oro de 10 quilates procedente de una de las takas de la región de Lambayeque que fuera adquirida por el general Alejandro Deústua de poder de un huaquero. Este ídolo, por la descripción del Dr Tello, suponemos, que debe de haber sido similar a los llamados “tumis de oro”.

-Petersen llevó al Museo Etnográfico de Berlín su colección de objetos de oro, cuyas piezas proceden de Lambayeque, figuran en ella collares, máscaras y unos cántaros que proceden de Eten.

-Objetos de oro procedentes de cementerios precolombinos lambayecanos componen la colección del comandante Barton que se encuentra en uno de los museos de Francia (Tello ob.cit.); estas piezas son similares a las de Petersen.

-Hermann Gaffron envió en 1907 a la Academia de Ciencias de Munich la cantidad de 4,500 piezas de oro con figuras repujadas procedentes de Lambayeque (Tello ob.cit.); en esta colección figura un hermoso vaso de oro similar a los encontrados en Batán Grande por don Guillermo Aurich Bonilla cuyas fotografías me mostró, que fueran exhibidos en la Casa Welsh en 1937.

-En 1912 Mr James Curley exhibió en el Museo Británico un vaso de oro que pesaba 1,623 gramos y que según la leyenda que explicaba el objeto, había sido encontrado en Illimo “construido sobre un antiguo cementerio” (Tello ob.cit);al parecer, la referencia del Dr Tello, se refiere a las huacas batangradinas, tal como se refería a las encontradas por los huaqueros Bances y Granados.

-Manuel Casimiro Chumán Velásquez, famoso montonero ferreñafano era posesionario de una colección de piezas arqueológicas, es así que en 1929, es decir, diecinueve años después de la gesta montonera, ofrece en venta al gobierno tres máscaras de oro y otras piezas diversas “procedentes también de Illimo” (Tello ob.cit.).El montonero pasó por tierras batangrandinas durante el movimiento insurgente de 1910.

-El 9 de setiembre de 1907 un joyero de Chiclayo le ofreció a don Enrique Bruning la venta de una colección de objetos de oro y el 23 del mismo mes, le comunica que había conseguido otra mas valiosa que la primera; finalmente, Bruning adquiere las colecciones que contenían 187 máscaras, 45 vasijas, 37 láminas cónicas, 34 pendientes de dos tamaños y 594 cuentas huecas;lo siguiente, anotado por Tello, confirma lo que sostenemos acerca de la confusión que el investigador sanmarquino generó respecto a Illimo; pronto se informaría que “los objetos habían sido recogidos por los indios de Illimo en un barranco de la waka De la Cruz (o La Merced), producido por las lluvias”.

-L a colección Bruning fue inventariada por Tello en 1919 y su peso en oro alcanzó los 6,583 gramos, con múltiples objetos, en 1920 don Moisés Ezcurra, por encargo del gobierno, hizo un nuevo inventario dando como resultado un peso total de oro de 7,024 gramos; una parte se encuentra en el Museo Etnográfico de Hamburgo y fue estudiada por Gustav Antze en 1929;Tello anota que había otra colección de Bruning encerrada en una caja de fierro en el Museo de Lambayeque bajo la tutela de don Rodrigo Delgado; según se afirma en este informe, los objetos procedían de las huacas De la Cruz, Las Ventanas y cerro Zapamé.

-Pocos años antes de 1937, un muchacho llamado Floro Morrofú, de 15 años, junto con notros muchachos, encontró en la hacienda El Almendral de propiedad de la familia Ganoso, en Chongoyape, un lote de objetos de oro dentro de una zanja formada por el rebalse de una acequia; Morrofú de inmediato empezó a jugar con los objetos junto con sus compañeros a quienes distribuyó una corona, una pulsera y él se puso a manera de polainas las láminas encarrujadas de oro, restos de grandes vasos; apareció en caballo uno de los hermanos Ganoso, quien fue atraído desde lejos por el brillo del metal que lucían los muchachos; se acercó a ellos logrando rescatar solo algunas piezas que algunos le obsequiaron y otros huyeron para cambiarlas en las tiendas por bizcochos; Ganoso recuperó las demás piezas con no pocos esfuerzos, comprándolas a algunos joyeros y otras personas, al poco tiempo (1921 ó 1922, según informantes del lugar) Ganoso encontró otro ajuar similar en una excavación para reforzar el reservorio de agua potable de Chongoyape, a tres metros de profundidad, hallando tres cadáveres echados o extendidos; a los pies encontró una preciosa bandeja y hermosos brazaletes, sortijas y prendedores de oro; ahora esta colección se encuentra en el Museo de Indias Americano, Heye Fundation de New York.

-En el informe publicado en la revista “Arqueológicas”n 10 del año 1967 se da cuenta de un total de 177 piezas de oro, 63 de plata, 86 de piedra y 1964 de cerámica habidas en 1945, los pesos totales son diferentes ya que en 1924 se arrojaba un total de 5894 gramos, en 1926 se dieron 6026 gramos, en 1932 6124 gramos, en 1937 5,771 gramos y en 1945 5893 gramos; todo este material procedía de huaqueo clandestino y en lo que a metales se refiere el estilo es Sicán Medio, procedentes –como refiere el mismo Bruning en carta fechada en 1920-21 de mayo-del cerro Zapamé en su mayoría, esta colección la comenzó a reunir el coleccionista en 1876, año en que vino a Perú; hay que anotar que si Bruning no vendió desde un principio su colección al extranjero, como al Museo de Berlín, fue por la ley que prohibía la venta de antigüedades peruanas al extranjero y por la guerra mundial de 1914;pero en este último año escribe a don Víctor Larco Herrera (en carta del 28 de diciembre) ofreciéndole en venta su colección, al no concretarse esta venta, empieza a negociar con el gobierno peruano.; fue de mucha ayuda para Bruning la colaboración del doctor Alberto A. Giesecke, quien concreta la venta de su colección por R.S n 1075 del 16 de Julio de 1921 y a solicitud del propio coleccionista, el gobierno le compra la casa por 1,000 Lp (Una Libra peruana= 10 soles oro) en 1925 para que ahí funcione el museo; este mismo año emprende viaje a Alemania y “como recuerdo se lleva un lote de objetos de oro para el Museo Etnográfico de Hamburgo” (Tello: “Arquelógicas” n° 10, 1967) privándonos de tener quizás el mejor museo de oro precolombino de América-

-En 1936 se hizo una excavación en Huaca La Merced, en donde resultaron muertos diez peones, quienes murieron sepultados por un derrumbe, en este mismo año se encontró el gran “tapado” de “Lan Ventanas”.

-En 1944 en Huaca El Corte de Pomach se encuentran 11 platos de oro o cuencos metálicos (inf. personal del Sr Mesta, quien hizo la excavación), el hacendado le reclamó que faltaba una pieza, pues, debería completar la docena.

-En 1961 se extrajeron valiosos objetos de oro Sicán del llamado “Médano de los Benites” en la parte sur de Pomach.

-Dos felinos en una sola pieza de piedra con ojos de turquesa de 8 cms de largo aproximadamente, se extraen en Batán Grande; los felinos tenían dos cabezas opuestas
en los extremos labrados en roca rojiza en posición de descanso; la pieza llegó a manos de un brujo llamado Roberto Tezén en Mórrope.

-En 1936, en Las Ventanas, huaqueros de Batán Grande huaqueros de Batán Grande encuentran quizás, la máscara mas grande de la q ue se tiene noticia, de estilo Sicán Medio; la máscara tenía debajo otras siete cuyos tamaños se iban reduciendo conforme llegaban a la cara del muerto, todas iban engrapadas firmemente (inf. personal del Sr José Aurich Bonilla; Chiclayo 1985).

-Entre 1934 a 1935 los batangrandinos Juan Santoyo y saturnino Alburuqueque (hermanos de madre), encuentran un tapado en la huaca “La Quinta” en Batán Grande; las piezas fueron fundidas por Benjamín Guerrero quien hizo un total de once bolas de oro.

-En 1965 en el lado noreste de Las Ventanas, por indicaciones de un brujo, se huaquea un montículo que posteriormente Asborn Pedersen llamaría “Huaca Menor” (“El ajuar funerario de la tumba de Huaca Menor de Batán Grande, Lambayeque, Perú, Actas del 41 Congreso Internacional de Americanistas 2:60-73, México); las tumbas aparecieron debajo del nivel freático y nuestros informantes nos dicen que fue uno de los tapados mas fabulosos encontrados en Pomach, es sorprendente la cantidad de “naipes” que aquí se hallaron, los mismos que eran desechados pues no les daban valor comercial; hasta hace pocos años todavía se podía encontrar aquí, algunos “naipes” sobre la superficie, que el autor recogió; la excavación fue financiada por don Edmundo Aurich Bonilla.

-En 1925, José Wenceslao Díaz, conocido como “Cunca”, encontró en forma casual casi en la superficie, seis jaguares de oro de estilo mochica (Víctor Baca Aguinaga, La Industria 13 de Julio de 1978); fueron identificados en un comienzo equivocadamente como de estilo Chavín; se encontraron en la huaca “La Capilla” o “Huaca Grande”de Pampa Grande en 1925 y fueron un total de siete; se encuentran distribuidos en diferentes museos del mundo, uno en Perú, otro en Milwake,etc-De cerro Zapamé proceden las piezas de la colección Baessler, entre trofeos y chapas de oro con representaciones de peces y huzos (Raúl Porras Barrenechea: 1967 en “El Oro en el Perú” del Museo Miguel Mujica Gallo.

-(Artículo publicado en La Industria, Chiclayo, Suplemento Dominical 21/02/1968)

HUAQUEO EN "LA MERCED" Y "LAS VENTANAS": 1936

Mi padre, Sr José Maeda Montenegro con el Ing Juan Vásquez Arévalo, entonces Director de Turismo, junto a una hermosa mesa de zapote en casa de la familia Benites, entrando al Santuario Histórico de Pomach; me acompañaron en una visita de trabajo cuando fuí Jefe Regional de Foptur en 1990.
Un viejo algarrobo asesinado por el hacha, lo encontré muy cerca de "El Místico".
"El Místico Don José" cuando lo descubrí, antes del 2000; estaba entonces casi cubierto por arbustos de Bichayo (Capparis ovalifolia); unos 200 metros al Sur -Este de "Las Ventanas".

HUAQUEO EN HUACA “LAS VENTANAS” EN 1936: APARICION DE LOS PRIMEROS TUMIS O CUCHILLOS CEREMONIALES.

Por. José Maeda Ascencio

Largo recorrido a través del frondoso bosque de Pomach, que alguna vez se llamó Pomachaceh o “Idolo de Piedra”; era Agosto del año 1983; en el sector Moyocupe en la jurisdicción de Illimo logré ubicar a don Augusto Bances Cajusol, el minador que conjuntamente con su compadre Agustín Granados Salcedo, sobrino de Hipólito Granados, habían excavado una tumba prehispánica en el lado sur-este de “Las Ventanas”; a Hipólito lo documenté por primera vez en algunos artículos del diario “La Industria” de Chiclayo; con palana en mano y alforja en el hombro solía llegar a Illimo cargado de objetos de oro que luego vendía en Chiclayo al joyero Rivera; se emborrachaba y se hacía acompañar por una banda de músicos, costumbre que después imitaría el afamado chamán tucumano don Santos Vera Sandoval; Hipólito había descubierto entonces, por los primeros años de la década del treinta, que la llamada huaca “La Merced”o “Las Mercedes” escondida en el bosque de Pomach en la hacienda Batán Grande, hasta donde lograba ingresar clandestinamente, albergaba tumbas ricas en objetos metálicos; sabía también de las tumbas en cerro “Zapamé”, que excavara después don Enrique Bruning; alguna vez lo acompañaría su sobrino Agustín, apodado “Cuchillo” en alusión a los famosos tumis de oro que descubriera con Bances en 1936.

Testimonio de Augusto Bances Cajusol

El octogenario tucumano nos recibe cortésmente en su ramada de Moyocupe, sector Torromotal; el mote y la chicha de jora en poto hizo mas amena la conversación; nos cuenta que Agustín “Cuchillo” Granados y él fueron contratados por Jorge Quiñónez Arizona, el oficial FAP Ergasto Silva Guillén y el médico Carlos Muñoz Romero con diez peones de apoyo eligieron la parte sur-este de la huaca “Las Ventanas”; el médico había conocido a un fundidor de nombre Benjamín Guerrero en la hacienda Batán Grande, quien le mostró algunos objetos metálicos provenientes de las huacas del bosque; este hecho lo animó a emprender la empresa furtiva de excavar en Pomach; la intuición de los minadores los llevaron correctamente a excavar alrededor de la colosal estructura de adobe y algarrobo y no dentro de ella; sabemos ahora que los muchiks del Horizonte Medio (750-1200 d.C) que denomino “Sicán” desde el 3 de Abril de 1983 (La Industria, Chiclayo), ubicaron sus féretros de élite fuera de la construcción ciclópea; Bances narra con lujo de detalles a pesar de su apariencia de cansado campesino, casi calvo y el rostro envejecido y curtido por el incesante sol illimano; “ mientras huaqueábamos, nos custodiaban los avioneros (soldados)”; entonces el huaqueo no estaba previsto en Ley alguna; consiguieron un permiso “ de búsqueda de tesoros ocultos” que les concedió el Ministerio de Educación Pública; la excavación empezó con una trinchera de 6 por 4 metros; los tiestos y restos de conchas marinas empezaron a salir; ya a una profundidad de aproximadamente 4 metros , Granados empezó a “minar” – o a excavar horizontalmente- por un lado y Bances por el otro; éste último encuentra un ídolo de oro- en realidad, tumbaga, aleación de oro y cobre- sin pedestal o tumi.
Se llenaron 38 sacos de objetos metálicos, entre oro y bronce (arsenical) en la excavación de “La Merced"; Bances precisa que el Idolo con pedestal, que fuera robado del Museo Antropológico de Pueblo Libre en Lima en 1987, no fue encontrado en esta excavación; éste apareció en enero de 1937 en una exhibición realizada en la Casa Welsch en Lima en donde el Dr Julio C.Tello Rojas quedó impresionado por su belleza que lo hiciera venir a Illimo para excavar en la jurisdicción de la hacienda Batán Grande en 1937. Creo que el famoso Tumi de Oro- después aparecerían otros mas- fue encontrado por el viejo Hipólito Granados en “Las Ventanas” antes de la incursión de los tres socios mencionados que contrataron a Bances y “Cuchillo”; Bances confiesa haber sido ayudante de Hipólito, quien ya había excavado en “Las Ventanas” después de abandonar “La Merced” o “La Meche” como cariñosamente la denominaba mi padre; por entonces Hipólito contaba con mas de 70 años de edad; un viejo batangrandino, capataz de la hacienda, don Moisés Díaz Relaiza, que falleciera a los 103 años de edad, me conversó que conoció a Hipólito y alguna vez le mostró el referido Tumi de Oro; don Augusto Bances aseguraba que los ídolos se ubicaban uno en cada esquina de la tumba; en 1985 el Congreso de la República resolvió denominar a la famosa pieza orfebre Sicán como Símbolo Nacional Precolombino del Perú, antes de su desaparición del museo y consecuente dolorosa destrucción; la sustentación fue hecha por el Diputado ferreñafano Gustavo García Mundaca; Hipólito Granados, su sobrino y Bances, murieron pobres y olvidados, extraño y coincidente final de los profanadores de tumbas prehispánicas; sabemos que Hipólito tuvo un hijo llamado José María que falleció a los 56 años de edad, quien conjuntamente con su tío Tiburcio, hermano de su padre, solían aventurarse en la huaquería.

Julio C. Tello excava en Batán Grande

Con apoyo del gobierno y el Director del Patronato de Arqueología don Luis .E. Valcárcel , el Dr. Tello llegó a Illimo acompañado de su inseparable asistente don Toribio Mejía Xesspe y el huarasino Elifio Huapaya; ahí se hospedaron, pues, los hacendados Aurich no permitían el ingreso a sus feraces tierras; el estudioso contrató los servicios de la dupla Bances y Agustín Granados y excavó primero en “La Merced” haciendo una gran trinchera sin resultado positivo alguno; en “Las Ventanas”, la suerte no fue mejor, excavación que Tello detalla en entregas en El Comercio de Lima, fechados el 22 de Enero, dividido en tres partes con el título “Los trabajos Arqueológicos en el Departamento de Lambayeque”; se refiere a la trinchera de “Las Ventanas” que los huaqueros hicieron; el estudioso escribe que el 5 de Enero de 1937 se descubrió el ídolo mejor elaborado; pero, al parecer, la pieza orfebre fue encontrada antes, a fines de 1936, comprada por el Dr Muñoz y exhibida en Lima; el mismo Dr. Tello escribe: “…supe de los trabajos realizados hace tres semanas…” y firma el artículo el 22 de Enero de 1937; en la actualidad pensamos que están en exhibición unos treinta Idolos con pedestal, incluyendo algunos de plata y bronce arsenical; la cercana ruta que emprendiera Tello desde el pueblo de Illimo hasta las huacas de Pomach, lo hizo denominar equivocadamente a estos objetos precolombionos como “Tumis de Illimo”.Pomach estaba ya en la jurisdicción de Batán Grande desde el año 1597 según consta en el expedientillo de Composición de la Estancia de Sicán y otras estancias emprendida por el capitán don Francisco de Barbarán.


"El Místico Don José" en aquel bonito día en que lo presenté a la comunidad y funcionarios regionales, el 11 de Junio del 2003, cumpleaños de mi sñeor padre.

lunes, 14 de julio de 2008



"El Místico Don José", majestuoso cual arácnido con sus árboles retoños 50 metros a la redonda; lo pueden ubicar en el lado Este de Huaca "Las Ventanas". (foto: Liliana Balladares Takahashi).
LOS ALGARROBOS MAS ANTIGUOS DEL PERU: “EL MILENARIO”, “EL MISTICO DON JOSE” Y “EL DE TRES PUENTES”

Es seguro que en 1532, cuando Francisco Pizarro y sus 167 expedicionarios europeos, según el trabajo de J. Lockhart (1972)- recorrieron desde abril a noviembre de aquel año la costa norte del Perú (Tumbes, Piura y Lambayeque), la presencia de densos e impenetrables bosques secos y sus rica fauna silvestre, les causó impactante y grata impresión; debieron entonces, seguir la ruta prehispánica del camino, que ahora sabemos, conduce desde Ecuador, Tumbes, Piura, hasta Batán Grande; el recorrido de Pizarro no le permitió conocer el denso bosque que entonces cubría la totalidad de Jayanca, Pacora, Illimo y Túcume, pues entró a los terrenos que el servidor Principal Cicani (Cicán) cobraba para el Cacique Facollape, por el sitio de Jotoro o “Torum” (manuscrito del año 1597: archivo del autor) para llegar al cerro Tambo Real que he identificado como el antiguo “Rimpón”, a unos 3 Km. al oeste del actual pueblo de Batán Grande.

Desde aquel año, los bosques han ido desapareciendo a ritmo vertiginoso, cientos de miles de hectáreas y con ellos, especies de animales, hoy extintos para siempre; nos queda por conservar y proteger de la deforestación, aproximadamente unos 3 millones de Has, sólo entre Tumbes, Piura y Lambayeque; las áreas periféricas de los bosques que aún se conservan son realmente, producto de la regeneración natural, y el principal actor de todo este proceso, el episodio “El Niño - Oscilación Sur” y todo un fabuloso evento en cuyo escenario actúa el agua, el viento y la participación activa de las aves acarreando semillas y de mamíferos y reptiles defecando semillas prácticamente fermentadas y listas para su germinación; por ello destacamos la falta de credibilidad de algunos proyectos que han asegurado proyectos de “reforestación técnica” que han sido, obviamente, un fracaso.

EL MEDIO AMBIENTE DE LOS ÁRBOLES MÁS ANTIGUOS

El autor se propuso ubicar vetustos ejemplares de algarrobos, zapotes, faiques y cuncunos, desde que hiciera público el descubrimiento del ejemplar que mi padre bautizó como “El Milenario”por los años setenta – hoy de fama mundial - ubicado en el Potrero “La Merced” en el Santuario Histórico de Pomac, intangible por varios Decretos Supremos dados desde el gobierno de don Fernando Belaúnde (039-84-ED) en 1984.

Nuestro artículo “Un algarrobo venerado en el Perú” (Suplemento “Lundero” de La Industria: 30-06-1985) resulta ser pionero en el tema, como parte de nuestro esfuerzo por lograr la intangibilización de los bosques secos de Batán Grande, que desde la década de los ochenta, empiezan a ser codicia de “invasores sin tierra” que han hecho de Pomac, el único caso en el mundo de un Santuario Histórico situado y poblado después de su intangibilización; por aquellos años ya nos preocupaba el fenómeno de “invasiones” y he visto desaparecer los bosques densos que a pié o ya en caballo solía recorrer con mi padre don José Maeda Montenegro, que alertó tal depredación con su inspirado poema “El Carbonero” escrito en “La Zaranda” o “Las Astillas” en 1958 (Revista Zonas Áridas: 1987_88); todo su trabajo lo he escrito en mi libro “Entre Huacas y Bosques” aún inédito (aproximadamente 250 págs.); su indesmayable labor por proteger los bosques, su fauna y los monumentos arqueológicos de su Cicán natal ya està siendo reconocida felizmente; resultando increíble y alarmante que hoy, después de unos veinte años aproximadamente, hay sido testigo de la desaparición de los siguientes bosques batangrandinos: en Pomac (en casi 4000 Has.), La Merced (500 Has.), Las Salinas (unas 2000 Has.), El Verde (1000 Has.), Santa Clara (1069 Has.), Jotoro (1300 Has.), Jayanquillo (500 Has.), “La Calera” -en cuyos cerros descubrimos en 1984 su gran complejo arquitectónico de roca caliza- (1200 Has.), Lazareto (100 Has.), Medio Mundo (400 Has.), bosques de Pativilca y Tres Puentes (500 Has.); es decir, soy testigo, a mi relativa corta edad, de la tala de casi 13000 Has. de bosques; y calculo que, docenas de “Milenarios” algarrobos y zapotes han desaparecido. En efecto, estas especies logran vivir mas de mil años con sus raíces que no solo buscan la napa freática mas allá de los 25 metros de profundidad, sino que estas crecen como látigos horizontalmente a ras del suelo areno-arcilloso para luego hundirse o erigirse formando nuevos árboles, tal como se puede observar en “El Milenario” y en “El Místico Don José”, testigos quizás, del esplendor del santuario escondido, casi secreto, que era escenario de fastuosos e impactantes ceremonias rituales entre los años 750 al 1100 después de Cristo, cultura que en junio de 1982 el autor pioneramente propuso denominarla “Sicán” o “Cicàn” rescatando el nombre de un personaje nativo que hemos ubicado en el área de lo que fue, por el año 1536, el Cacicazgo y Encomienda de Jayanca (José Maeda Ascencio: 1982).

Por aquel año, la población se encontraba aún dispersa en muchas Pachaquillas, que fueron reducidas recién por el año 1566 durante el mandato de don Francisco de Toledo. Al parecer, el bosque denso que permitió esconder y proteger las construcciones monumentales, desde el Formativo con el templo “La Lucía” que data del primer milenio antes de la era cristiana y en forma especial los del Horizonte Medio (800 - 1250 d.C.), fue el hábitat exótico de la elite Cicana, todos relacionados a milenarias estirpes o clanes de guardadores templarios, astrónomos, curanderos, ingenieros, arquitectos, artistas, filósofos; ellos conocían que el bosque estaba relacionado directamente con los fenómenos climatológicos, con la vida y los astros, que permitían orientar la posición de las construcciones.

El Arqueoastrónomo Gary Urton me aseguró ésta hipótesis por los años ochenta y, pudiendo destacar que con similares fines acompañé por el año 1990 o 1991 al hoy famoso astrofísico Stephen Hawking junto a una inglesa acompañante (J. Maeda A. : 1996); Hawking es considerado como una de las celebridades científicas que abordan el estudio del origen del cosmos; la relación templos - vía láctea es tema conocido por los trabajos de André Pochan en Egipto, R. Benavides en México, Carlos Milla Villena junto a Tom Zuidema, Anthoni Aveni en Perú, entre otros. Pomac, que originariamente fuera Pomachaec lo hemos traducido del Muchick tentativamente como “lugar de adoración del Ídolo” o quizás simplemente “Ídolo de piedra” (Pon - g = piedra; Machaec = Ídolo, adorar), significación que podríamos relacionarla a la famosa leyenda de Ñamlap recogida por Cabello (1586) y Rubiños (1782) en cuanto a la “adoración de un ídolo de piedra verde” llamado Yampallec (José Maeda Ascensio: 2003); el denso bosque,verdera jungla andina fue ocupada por estos clanes de poder, a través de casi 2300 años consecutivos, como enclave exótico y casi impenetrable de un pueblo, de una raza nativa, que la diferenciación estilística alfarera e iconográfica, especialmente, han dado en documentales arqueológicamente como: Cupisnique (para unos, cultura formativa regional, para otros, Chavín costeño), Moche, Vicús, Cicán y Chimú. En tiempos de la colonia, he identificado al servidor Cicani, Cabani, Labani, o simplemente Cicán, así consignado en el expediente de compra o composición de la estancia ganadera fechada el 6 de enero de 1596 en amparo de la Real Cédula del 1° de noviembre de 1591 de Felipe II; el comprador fue el Capitán Francisco de Barbarán Lezcano y Mendoza, hijo del famoso Juan de Barbarán San Pedro, uno de los 168 de la intrépida hueste perulera. Cicán fue una estancia que, junto a las de Chuca, Fulep y Jotoro, fueron comprados en “250 pesos corrientes en reales de a nuebe”.

Los parajes, obviamente eran de bosques y pastos, pues, se citan con… “bacas, cabras i puercos”; además… “cañas berabes” ( caña brava? ). Son interesantes las citas de los cerros y huacas que entrego en primicia en este trabajo : “… Sonoro y Usanep… la huaca de Pomach llamada Pilacfamique… otra nombrada Chincuñamique…(quizàs, los nombres muchik de las huacas mas altas de Pomach o Pomap), el monte grande llamado Silluntusi… el cerro Seostuque… el río Chalñancu… “; hay citas también de los sitios de “Uchilili”, “Lemcuyo”, “huaca Chocotumi”, “huaca Socotuc”, “Pomap”, “cerro Asán” (Usán), “cerro Torum” (Jotoro). Ahora podemos afirmar que el río La Leche, que atravesaba todos estos parajes, se llama realmente Lamcarlech que lo traduzco como “cabecera de agua”.

Los bosques en su conjunto, estaban divididos con nombres nativos de estancias, como: Fabellep, Xotoro, Falcep, Sodo, Raco, Calup, Lalech o Lamcarlech, Sadup, Vidup, Pochoc y Lup; es decir, once estancias en total, que con el devenir de los años formarían parte de las haciendas San Nicolás de Cicán y La Viña de Sancarranco; de todos estos nombres, se perennizó el del personaje que fuera Principal: Cicanni o Cicani, que en lengua Sec (Sechurana) significa “Hermano” y no “Casa o Templo dela Luna” como equivocadamente asumió E. Bruning en 1922-23, seguido por varios arqueòlogos, hallazgo que seguramente obligará a replantear el trabajo de mas de 20 años del grupo de profesionales dirigidos por Izumi Shimada desde 1978, que tendràn que aceptar que los Cicanes tuvieron por deidad principal al Sol y no a la Luna(ver: www.josemaeda.tk)

ALGARROBO EL MISTICO “DON JOSE

El 11 de junio del 2002, el autor convocó a INRENA y a un grupo de funcionarios y amigos para presentar formalmente a un ejemplar de algarrobo (Prosopis pallida) que había descubierto casualmente en una depresión totalmente cubierta de vegetación arbustiva, meses antes. En homenaje a mi padre, la bauticé como “El Místico Don José” y mereció sendos reportajes en el diario El Comercio (“El místico algarrobo Don José”: 26 de mayo del 2002; pág A22) y en la revista “Rumbos” de Lima. El algarrobo es mas grande que “El Milenario”; su ramas han formado otros árboles que cubren un área de aproximadamente 50 metros de radio; la depresión en la que lo encontré, es producto de un antiguo pozo de huaquero que se ubica en la parte sur-oeste de la huaca “Las ventanas”; a pesar de su relativo fácil acceso, el algarrobo permaneció oculto por la espesa maleza de cuncunos, bichazos y otros arbustos; sus gruesas y retorcidas ramas, infunden respeto, tal como ha sucedido con “El milenario” que aún es adorado por devotos de lugares aledaños, tradición que parece datar de épocas prehispánicas; en efecto, al algarrobo se le atribuye un espíritu, un poder místico que Anne M. Hockenguem (1987) he identificado como el “mohsek”, aunque creo que debe ser el “moix”, es decir, el alma o espíritu que anima el movimiento de los palitos de un juego que Hockenguem ha documentado como “chuke”, que se juega después del equinoccio de la “estación húmeda”, cuando escasean los frutos, especialmente “la algarroba”. Siendo propicio destacar la documentación de un robusto y antiguo algarrobo en el sector o caserío “Tres Puentes” en Batán Grande, al que en el verano del 2003 lo bauticé con chicha con un grupo de amigos peruanos y holandeses; identificando otro en el caserío “La Zaranda” y supongo que deben de existir otros en lo que queda de bosques en el valle La Leche; lamentablemente, en el sector “La Calera” los leñadores talaron un maravilloso algarrobo fosilizado; su fuste caído parecía revestido de brea, con textura vitrosa. Finalmente me he enterado de un milenario algarrobo en los bosques de Motupe y se ha reportado el “Huarango de Santa Cruz” a unos 60 Km. al sur de Ica (El Comercio: 19 de agosto de 1989, pág. B2; declaraciones del censador Sr. Félix Quinteros Ferreira). El botánico Ramón Ferreira ha descubierto también un milenario Zapote en Piura (conferencia en el ICPNA – Chiclayo: 1991). Mi padre es sin lugar a dudas, el iniciador de la búsqueda de estos magníficos ejemplares, símbolos de la conservación de la flora y de la ecología mundial.

En sus incesantes observaciones logró compenetrarse con el bosque y sus secretos; un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Agraria La Molina le preguntaron en una ocasión ¿porque la producción de algarroba había mermado en 1983 y 1984?; mi padre les respondió que era lógico: el efecto fotoeléctrico del relámpago “quemaba” por las noches a la flor, y por lo tanto, dificultaba o evitaba la fructificación. Asegurando también que el algarrobo batangrandino era diferente del piurano, aunque a ambos hasta hoy se les identifica como Prosopis pallida, conservando la clasificación de Korikowski y entre otras cosas, difundió la afición por la apicultura y la devoción por internarse temporadas en el denso bosque del profesor Kart Weiss Schereiber; hemos documentado también las fallas y anomalías geológicas del suelo de Jotoro y de la Pampa de Chaparrí (El Comercio: 11 de junio 1988, pág. 1) que explica el porque los algarrobos de este potrero son más débiles que los de Pomac; identificación y cariño por el bosque al que canto en su poema “El Carbonero” que termina así, refiriéndose al leñador “Felipe”: “Al saber que la cruel misión del carbonero, es matar a quien después de Dios adora, nadie ha dicho que el árbol grita, pero él ha visto que el árbol llora”.

Bibliografía

1. Brüning, Enrique. “Estudios monográficos del departamento de Lambayeque: Jayanca”. Chiclayo, Perú.

2. Hockenghem, Anne Marie. “Iconografía Mochica”. Pontificia Universidad Católica del Perú.

3. Lockhart, James. “Los de Cajamarca” (2 tomos), versión española de “The men of cajamarca, a social and biographical study of the first conquerors of Perú”, editorial Milla Batres S.A. 1986.

4. Maeda Ascencio, José.

“La cultura Sicán en Batán Grande”. Diario La Industria, Chiclayo. 3 de junio 1982; página 2.

“Un algarrobo venerado en el Perú”. Suplemento “Lundero”, del diario La Industria de Chiclayo y Trujillo. 30 de junio de 1985.

“The Pomac forest in Batán Grande and the 1000 years old algarrobo tree (Prosopis sp.)”, páginas 91 a la 98. Instituto de zonas áridas de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima. 1987-1988.

“Hawking: El genio que conocí”. Diario La Industria, Chiclayo. 16 de mayo 1996; página 2.

“Cicán en la documentación colonial temprana: un análisis contextual para la elucidación de la cosmovisión religiosa de la cultura arqueológica”. Ediciones Asociación “Ciencia y cultura andina” (CICAN), volumen I, año I - setiembre 2003. Chiclayo, Perú.

Autor: José Maeda Ascencio, Presidente de "Ciencia y Cultura Andina" (CICAN), correo electrónico: josemaedaas@hotmail.com